lunes, 26 de diciembre de 2011

Salvando a una chica salvaje.

El edificio es un colegio de dibujo animados japoneses.
Valen.
Germán.
Yo mismo.
Caminamos con sonrisa malinga.
Por los pasillos vacíos.
Tenemos un objetivo claro.
Vamos armados con navajas de oficina.


Llegamos a una aula.
Germán golpea la puerta.
Cae al suelo.
Una chica grita aterrorizada.
Escondida entre los pupitres.
Pelo largo.
Negro.
Creo que por un momento ella pensaba que se había escapado de nosotros.
La pobre...

Su vestido campestre...
Esa inocente forma de gritar...
Tenemos la sensación de que es la primera vez en su vida que ha pasado miedo.
Y nos vuelve locos.

Desenfundamos nuestras navajas de oficina.
Nos ensañamos con ella.
Los tres.
Solventes espadachines.

Ya no sé diferenciar los gritos de las carcajadas.

Su vestido va cayendo al suelo.
Deshilachándose.
Pienso que nadie podría armar un puzle de tantas piezas.

Está desnuda.
No llevaba ropa interior.
Probablemente porque nadie le había hablado de su existencia.
Intenta ocultar sus tetas.
Y su exagerado bello púbico.
Una chica salvaje...


No tiene ni un rasguño en su piel.
Un gran trabajo.
Nuestra obra maestra.


Salimos del colegio japonés.
Orgullosos.
Mientras enfundamos nuestras navajas de oficina.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Mi socio... Mi amigo...

Estoy en casa de mis padres.
Abro la puerta del comedor.
La mesa está puesta.
Con sus mejores galas.
Creo que es una comida de Navidad.

Aún no ha llegado nadie.

Oigo un ruido detrás de la puerta.
Es mi madre.
Está besando a alguien.
En los labios.
Con pasión.

Descubro su amante.
Bernat Manzano.
Mi socio...
Mi amigo...

Me despierto.
Aturdido.

FIN

Sigo aturdido todo el día. En la oficina. Con él. Codo con codo. Me promete que esta noche ha dormido con Sofi. No sabe nada de mi madre.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

No existen confusiones.

Estoy en mi cama.
Adormilado.
Plácido.
Debajo de la sábana.
Tengo la sensación que es de color blanco.

Alguien se acerca lentamente.
Se escurre hacia mi y me besa.
Delicada.
Es una chica.
Aunque no sé quién es le devuelvo el beso.
Me siento realmente único.
Especial.
Ella coge mi mano.
La lleva a su teta.
Creo que la derecha.
La aprieto.
Abro los ojos y la miro.
Sigo sin reconocerla pero mis ojos brillan en los suyos.

Descubro que es una trampa, cuando despechada, con una sonrisa, me dice:
"Me has hecho tanto daño... Y no me lo merecía. Te dije que las cosas iban a acabar mal..."

Sé que no es una broma.
Ella se va.
Desaparece por algún lugar.
Por alguna puerta que desconozco.
No entiendo absolutamente nada.

Y me siento realmente solo.
Ahora sé que la sábana es de color azul oscuro.

Aparecen unos hombres.
De repente.
Parecen mexicanos.
Tienen bigotes finos.
Brazos enormes.
Y malas intenciones.

Uno me coge por el tobillo.
Me saca de la cama.
Hasta una balcón.
Me amenazan.
Con violencia.
Dicen que voy a pagar por lo que le hice a la chica.
Les digo que no la conozco.
No aceptan explicaciones.
Creo que se están equivocando de persona...

Me arrojan por el balcón con tanta fuerza que llego hasta el bloque de enfrente.
En dos actos acabo en mitad de la calle.
Noto sangre en mi cabeza.
Me escuecen los ojos.

Intento levantarme.
Cuando lo consigo llega un coche.
Se abren las puertas.
Son ellos.
Me sientan delante.
De copiloto.
El mexicano de fino bigote empieza a acelerar.
Vamos demasiado rápido.
Directos contra el bloque pisos.
No tengo dudas.
Vamos a estrellarnos.

El mexicano de fino bigote me mira a los ojos.
Enloquecido.
"Sólo si tienes mucha suerte saldrás vivo de esta. El que seguro que no seguira con vida será tu hijo..."

Definitivamente se han confundido de persona.

A doscientos por hora el tiempo se detiene.
Empiezo a fantasear sobre el delito del que se me acusa.
Sobre la posibilidad de ser el acusado.
¿Soy yo?
No existen confusiones.
Tampoco casualidades.

¿Qué cosa tan horrible le he podido hacer a esa chica?
Prometo que no quise hacerte daño.

Me despierto antes de la colisión.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Tentáculos

Estoy practicando sexo oral con ella.
Me estoy comiendo su coño.
Un coño muy complicado.

Sus labios desembocan en tentáculos.
De pulpo.
O de calamar.
No sé.

Los tentáculos se meten en mi nariz.
Están vivos.
No me dejan trabajar.



No es una excusa.
¡Son esos malditos tentáculos!

Accidente infinito.

Tengo un accidente en coche.
Los cristales me rebanan la cara.
A lonchas.
Al bies.
Rojo toda la cara.

Vivo varias veces el mismo accidente.
Desde diferentes tiros de cámara.
Toda la noche.

Descubro que la escena se repite porque ellos lo han descubierto.
Porque lo están contando.
El coche dejará de dar vueltas de campana cuando llegue el silencio.
Cuando todo sea un secreto.

Después estoy en el hospital.
Me han reconstruido la cara.
Varias operaciones.
Con los mejores cirujanos.
No se notan cicatrices en mi cara.
Ellos dicen que sí se nota.
Mentira.
No se notan.
De hecho creo que no he tenido ningún accidente...

Tan pequeñas como la última vez.

Hacía tiempo que no la veía.
Una vieja amiga.
Sólo eso.
Amigos.

Nos damos un abrazo.
Le pregunto si le apetece un café.
Se lo preparo.
Yo en la cocina.
Ella en el comedor.
Hablamos mientras espero que suba el cafe.
Observando la cafetera roja.

Hablamos de todo un poco.
De nuestras vidas.
No parece que nada haya cambiado desde la última vez.

Pero me dice que se ha operado las tetas.

Nos reímos.
Supongo que se trata de una broma.
Dice que no es ninguna broma.
"Me he operado las tetas. De verdad."

El café en dos tazas.

Cuando llego al comedor ella está desnuda.
Me enseña las tetas.
Orgullosa.

Me pongo nervioso.
El café ha desaparecido
Con la mirada me dice que me acerque.
Que compruebe el cambio.

Es todo una excusa.
Una mentira.
Una trampa.
Sus tetas siguen tan pequeñas como la última vez.
Pero ahora ya le estoy chupando los pezones...

miércoles, 2 de noviembre de 2011

La playa es infinita.

Ese viento me resulta familiar.
La arena silva por todas partes.
Atlántico.
Estoy en una playa portuguesa.

Bañador.
Tirado sobre la orilla.
Algo me arde en la espalda.
Siento mucho dolor.

Un grupo de portugueses insisten en que no me mueva.
Preocupados.
A mi alrededor.
Yo sigo gritando.
Pero quiero ponerme en pie.
Tengo que ir a algún lugar.
Tengo prisa.
Sé que algo se me escapa.

Por fin descubro que una Carabela portuguesa me ha envenenado.
Tengo la espalda en llamas.


Consigo zafarme de los portugueses.
Voy corriendo por la costa.
Persiguiendo lo que se me escapa.
Aunque no sé de qué se trata.

De repente caigo al suelo.
El veneno es más fuerte que yo.

Oigo como los portugueses vuelven a acercarse.
Preocupados.
A mi alrededor.
Vuelvo a gritar.

Repetimos todo este ejercicio.
Durante toda la noche.
La playa es infinita.

No va a haber mañana.

Estamos follando.
En el asiento delantero de un coche.
De tres puertas.
A plena luz del día.
Apasionados.
Locos.
No va a haber mañana...

Acabamos.
Todo bien.
Sonrisas y caricias.

Entonces nos damos cuenta de que el coche está aparcado en mitad de una gran avenida.
¿Alguien nos habrá visto?
Pues casi seguro que sí...

Me llega un mail.
Lo miro en el teléfono.
Son unas fotos.
Salimos follando.
En el coche de tres puertas.
Total nitidez.
Las han hecho desde algún lugar elevado.

Salgo del coche.
Miro hacia arriba.
En lo alto del edificio un tipo con una cámara de fotos.

De repente ya estoy en la azotea.
Cara a cara con él.
El fotógrafo que quiere arruinarme la vida.
Al verme salta del edificio.
Me asusto.
Es una muerte segura.

El fotografo llega al suelo.
Cae de pie.
Se va tranquilamente caminando por la avenida.
Obviando los más de 10 pisos de altura.

Suspiro.

La chica sale del coche y me saluda.
Con una sonrisa.
Con la mano derecha se protege del sol.

Saco mi teléfono y le hago una fotografía.
Es el mismo encuadre que la foto que me ha llegado al mail.
Ella sale sonriendo con fuerza.
Parece que la sonrisa le vaya a dar la vuelta por detrás.
Le da igual todo lo que ha sucedido.
Definitivamente no va a haber mañana...

miércoles, 26 de octubre de 2011

¿Culpable de qué?

Me están juzgando.
No conozco el delito.

Estoy en el banquillo de los acusados.
Bien vestido.
Demasiado.
Traje y corbata denotan culpabilidad alla arriba.

Aparece el juez.
Es mi compañero de piso, Xabier Osteikoetxea.
Atabiado con peluca blanca.
Rollo juicio inglés.
Me mira con desprecio.
Su simpatía habitual ha desaparecido por completo.
De antemano sabe que soy culpable.
Pero... ¿culpable de qué?

El juez empieza un sermón sobre el bien y el mal.
Sobre el aprender a vivir sin hacer daño a los demás.

Se abren las puertas del juzgado de repente.
Entran un grupo de mujeres.
En fila.
Unas cincuenta mujeres.
Todas tienen el pelo largo y negro.
Recogido.
En moño.
También en cola de caballo.
Visten como empresarias.
Zona alta de Inditex.
Muy atractivas.


Pero terriblemente enfadadas.
Furiosas conmigo.

Se acercan hacia mi ante la mirada del juez.
Decididas.

Al cruzarse conmigo:
1. Me dan una bofetada con fuerza.
2. Me insultan.
3. Vuelven por donde habían llegado.

Una a una.
Hasta llegar a cincuenta bofetadas.

Vuelvo a estar solo.
Ante el juez.
Cabeza gacha.
No digo nada porque sé que soy culpable.
Pero ¿culpable de qué?

miércoles, 19 de octubre de 2011

Debo encontrar a la mejor nadadora del mundo.

Soy un buen investigador privado.
Encuentro a gente desaparecida.

No visto gabardina sucia.
Ni sombrero.
Tampoco bebo güisqui directamente de la botella.

Pero sé que soy un buen investigador privado.

Sobre mi mesa de trabajo alguien ha puesto unas fotos.
Una chica rubia.
Con el pelo corto.
En todas las fotos aparece nadando.
Con gran estilo.
Segura de sí misma.
En mitad del mar.

Ha desaparecido la mejor nadadora del mundo.
Debo encontrar a la mejor nadadora del mundo.

Yo no sé nadar.

A continuación vivo una secuencia de montaje en 4 pasos:
1. Me compro un gorro de piscina azul.
2. Descubro un bañador de flores en mi armario.
3. Me apunto a un gimnasio.
4. Un profesor me enseña a nadar.

Al final del sueño estoy en lo alto de un precipicio.
El mar me rodea por todas partes.
Hace frío.
Bañador de flores.
Gorro azul. 



Salto.
Me asombro de mi estilo al tirarme de cabeza.
En busca de la mejor nadadora del mundo.
Desaparecida.
Sé que la encontraré.

domingo, 9 de octubre de 2011

Boleto múltiple anunciando en Twitter.

Sueño que tengo tantas cuentas de twitter en mi teléfono que ya no sé quién soy.
Vivo subyugado a los comentarios que retwitteo.
Dependiendo del papel que estoy jugando en ese momento.

Y no sé cuál es la cuenta principal.
La importante.
Creo que todas son las importantes.
Todas tienen algo que decir.
Todas son parte de mi.
Parezco seguro de mi mismo cuando lo argumento:
"Soy un ente multidimensional. Con varías vidas, diferentes puntos de vista."

Pero alguien en una especie de habitación fría con muchos libros me lo dice bien claro:
"Tienes un trastorno de personalidad múltiple. Aunque también puede ser que seas un cobarde."

Puede que tengan razón.
Lo acepto...

No sólo tengo una sensación de no saber quién soy.
Sino que también de no saber cómo vestir.
Qué música escuchar.
Con qué mano escribir.
Cómo cruzar los brazos.
Qué camino tomar para llegar a casa.
Con quién dormir esta noche.


Y debo escoger una cuenta de twitter para anunciar mi decisión. 
Me angustia saber que decida lo que decida siempre voy a traicionar a los demás.
Hacer daño a alguien.


Después alzo la cabeza.
Cambio de escenario.
Me da el sol en la cara.
Respiro profundamente.
Descubro que estoy avanzando por Ronda de Sant Antoni.
Hacia la administración de lotería.
Tengo un boleto de la Primitiva en mi mano.

Se lo entrego a la señora.
Lo comprueba en la máquina.
La mujer me mira con una sonrisa.
Se alegra por mi:
¡El boleto ha sido premiado!

"¿Cuánto dinero?" Le pregunto incrédulo.
"Eso depende", me responde.

Resulta que dependiendo quién decida ser y por qué cuenta de twitter anunciarlo habrá un premio u otro...

Si quiero comprarme un ático en el centro.
Una casa con piscina en las afueras.
Adquirir una moto, hacer un petate y buscar un camino.
Tal vez un enorme yate y surcar el Adriático.
Irme a Thailandia para hacer turismo sexual.
Quizás quiera montar una familia y viajar en monovolumen.

Puedo cobrar lo que quiera.
Pero tengo que decidir qué es lo que quiero.

Y pienso que ese boleto premiado es una maldición.
Y pienso que me cago en mi puta vida.
Pero que no sé en cuál de ellas...

jueves, 29 de septiembre de 2011

El orden que yo ansío. El mejor día de verano.

He descubierto otra habitación en Parallel.
Mis compañeros me dicen que lleva allí desde que empezamos.
Mis compañeros son Choche, Xabi y Cristiana.
Yo les aseguro que no la había visto nunca.

Piensan que estoy loco.

Abro la puerta de la nueva habitación.
Curiosidad.
Tengo miedo.
Detrás de la puerta está todo muy ordenado.
Siento placided.
El órden que yo ansío.
El mejor día de verano.
También recuerdo unas cortinas blancas.
Entro.

Sobre la cama hay una chica rubia.
Está leyendo.
Tiene gafas.
No se extraña al verme.
Me saluda como si me conociera.
Golpea el colchón con una sonrisa.
Me está invitando a sentarme.
A su lado.
Los dos leemos su libro.
Por la página en el que ella lo tenía.
Silencio.
El órden que yo ansío.
El mejor día de verano.

De repente descubro a mis compañeros de piso.
Observan por la puerta entreabierta.
Nos espían.

En ese momento descubro que todo eso se trata de una trampa.
Sé que algo malo va a suceder.

Pero me da igual.
Pase lo que pase creo que valdrá la pena.

Dice que va a cambiar.

En el sueño ella me dice que va a cambiar.
Yo no la creo.
Insiste.
Puedo ser diferente, dice.
Parece sincera.

Y empiezan las arcadas.
Le siguen las convulsiones.
Oigo sus huesos crujir.
Supuran líquidos de todo su cuerpo.
Se le cae la piel.
Tiene otra en el interior.
Grita de dolor.
Muchos agudos.
Todo muy Cronenberg

Yo miro incrédulo su transformación.

Por fin deja de gritar.
Se pone en pie.
Me sonríe con confianza

Ella dice:
¿Lo ves? ¿He cambiado? 

Pero yo la veo igual.
Exactamente igual que antes.
Y me da un poco de pena.
Porque yo quería que fuera un poco diferente.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Lo importante es volver a casa.

Lo de hoy no es un sueño.
Es una explicación para poder entender ciertas conductas que tengo cuando sueño. 
Una metodología que me ayuda a despertar de ciertas pesadillas. 
Lo voy a contar en tres actos porque los que me conocen saben que me chiflan los tres actos:

I.
Desde hace unos meses llevo un reloj dorado. De agujas. No es de oro. Es dorado. No tiene ningún valor. Es un Casio cutrón pero que para mi tiene un gran valor porque me lo regaló mi amiga Liana. El reloj está roto. Está parado a las 9 en punto. Tal y como me lo regaló Liana en su día. Por cierto, creo que el reloj fue el atrezzo de alguna película en la que ella participó como script. No sé bien la historia. Se la tengo que preguntar a Liana, que me la cuente bien. Pero, bueno, en realidad eso da igual.



II.
Todo el mundo que ve el reloj me hace las mismas preguntas: ¿Por qué llevas ese reloj de oro? ¿Eres un mafiosillo? ¿Lo llevas a modo de pulsera? ¿Eres un modernillo? Pero si además está roto...
A algunos les digo que sí, que soy un modernillo o un mafiosillo...
A otros les cuento la verdad:
La verdad del porqué de un reloj dorado que no funciona en mi muñeca, se basa en la idea de crear UNA CONSTANTE en mi vida cotidiana a la que pueda recurrir para despertar cuando tengo pesadillas. No es nada nuevo, ni original; muchos de vosotros conocéis este concepto de la serie Lost o de la peonza de la película Orígen. Pero mi metodología para con mi constante es un poco diferente.
Muchas veces tengo pesadillas, esto ya lo sabéis.
Pero son pesadillas tan reales que no soy capaz de despertar, pues pienso que son pura realidad.
¿Cómo descubrir que lo que estoy soñando no es real?
¿Cómo despertar a la realidad?
¿Cómo decirme a mi mismo: "oye, M.A. que no hay cámaras en la habitación, deja de buscarlas, estás soñando, esto no es real, en la realidad no hay cámaras escondidas en tu habitación"?

¡Exacto!
¡La clave está en el reloj dorado parado en las 9!

Resumiendo:
He creado un elemento cotidiano inquebrantable (puesto que nunca cambia de hora) pero a la vez surrealista en la realidad (creedme que nunca llevaría nada dorado en mi vida cotidiana). Cuando sueño o estoy fuera de mi mismo (a veces funciona para volver de una borrachera, un ataque de ansiedad o de un viaje de tripis), miro el reloj y me repito:

"M.A. son las nueve. Llevas este absurdo reloj de ojo..." 
"¿No te das cuenta? ¡Estás soñando! ¡Vuelve a casa!"

A continuación respiro y vuelvo a casa.

III.
Los más listillos que leais esto, me preguntaréis:
Claro, claro... ¿Pero qué pasa si sueñas con que tienes un reloj de oro que marca las 9? Es decir, ¿qué pasa si ese elemento del mundo real, de tan viciado, pasa al mundo onírico?
¡Correcto!
¡Esa es una gran posibilidad!
Pero es tan sencillo como buscar otro elemento como constante. Algo que sea ajeno cuando estás despierto pero que te ayude a volver cuando estás durmiendo. Probablemente este reloj no sirva en unos meses, no será difícil deshacerme de él, la verdad... Entonces lo cambiaré por un collar de macarrones, una pinza en la cabeza de Hello Kity, o tal vez lleve las uñas pintadas con absurdos colores ordenados con estrategia...
Cualquier cosa que sirva para volver.
Ya sabéis, lo importante es volver a casa...

viernes, 9 de septiembre de 2011

Mofletes grises

Sueño que llego a un bar de copas.
Luz roja.
Medio elegante.

Veo una chica sentada.
Tiene la cara redonda.
Mofletes.
Me resulta muy atractiva.
Está apoyada en la barra.
Aburrida.
Juega a golpear los cubitos de hielo.
Con la pajita.

Voy hacia ella.
Confianza ciega en mi mismo.

A los cinco minutos ella está sonriendo.
Intentando ocultar que está loca por mi.

Empiezo a decirle cosas bonitas al oído.
Ella escucha y se empieza a sonrojar.

Sigo hablando en su oreja.
No recuedo el qué.
Pero funciona pues sigue emocionada.
Siempre sonriente.

Y sus mofletes pasan del rosa al rojo.
Del rojo al lila.
Del lila al violeta.
Cuando sus mofletes son de color gris la emoción se ha transformado en convulsión.

La chica pierde el conocimiento.
De tantos alagos en su oreja.
Se golpea contra el suelo.

Ahí se queda.
Con los ojos al revés.
Mofletes grises.
Creo que muerta.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Familia feliz

Caminamos ocultos entre los arbustos.
En una urbanización de verano fuera de temporada.
Casitas bajas y blancas.
Jardín y piscina.

No queremos que nos descubran.
Somos unos cuantos.
No conozco a nadie.
Como siempre.
Pero soy el cabecilla de la pandilla.

Miro dentro de las casas.
A través de las ventanas.
Buscando algo.
Por fin una casa está vacía.

Rompo el cristal.
Abro la puerta.
Les digo que me sigan.
Entramos.

Les doy órdenes a mis compañeros:
Tú serás la madre. Tú el padre. Vosotros dos los hijos. Yo seré la abuela.

Cada uno sube a su habitación.
Todos conocemos nuestra misión.
Nos vestimos con la ropa de los armarios.
Con delicadeza.
Con cierta coquetería.
La ropa de la abuela me sienta tan bien...

Bajo al comedor.
Por las escaleras de caracol.
Todos están allí.
Esperándome.

El padre lee el periódico con detalle mientras fuma en pipa.
La madre riega las plantas mientras silba una canción de madre.
Los dos hijos juegan con un puzzle. Se pelean por las fichas.

Somos una familia feliz.

La fiesta del estramonio

Hay una fiesta al final del camino.
Luces de colores.
Música de baile.

Voy con alguien con muy mal aspecto.
Cicatrices en la cara.
Delgado.
No lo conozco.
Los dos ocultos en la oscuridad.
Miramos a los alrededores.
Estamos nerviosos.
Con miedo de que alguien nos descubra.

Llegamos a la fiesta.
Es una fiesta teenager americana.
Vasos de plástico rojos y rubias animadoras.

Nos recibe un adolescente rubio.
Con un sobre.
Lleno de billetes.
Mi compañero macarra se saca una bolsa llena de polvo blanco.
Todo muy de película mala.

En ese momento sé que el adolescente piensa que esa bolsa va a animar la fiesta.
Pero no es así.
El polvo blanco es estramonio.
Los hemos engañado.
Ese polvo va a matarlos a todos.
La fiesta acabará en funeral y esas cosas...

Y no hago nada para impedirlo.
Me da igual.

Vuelvo a la oscuridad.
Con el dinero.
Con mi amigo el macarra.
Silvando la canción del trabajo bien hecho.

FIN


Lo que realmente me llama la atención es que es la segunda vez en poco tiempo que sueño con la idea de SABER QUE ALGUIEN VA A MORIR Y NO HACER NADA PARA REMEDIARLO. 

sábado, 6 de agosto de 2011

En Av.Paral·lel no se puede dormir.

Es imposible dormir.
Demasiado ruido en Av.Parallel.

Decido bajar a comprar unos tapones a un tienda de tapones.
De guardia.
En calle Blai.

Me atiende una mujer madura.
Es muy atractiva.
Más simpática todavía.

Cuando me da los tapones recuerdo que no tengo dinero.

Esta es la conversación que le sigue:
- Vaya... Me he olvidado el dinero en casa. Ahora vuelvo a por los tapones. Vivo aquí al lado. En Paral·lel.
- ¿Tan cerca? Si quieres te acompaño. Me das el dinero y así no tienes que volver. A mi no me importa...

Después me sonríe con una complicidad que no acabo de entender.
Pero acepto.

Caminamos hasta mi casa.
Sin hablar.
La banda sonora es el tráfico de la avenida que lo empezó todo.

Creo que ya nos estamos desnudando antes de cerrar la puerta de mi casa.
Me olvido del sueño.
Que tenía que dormir.

Nos besamos con la boca muy abierta.
Con lengüetazos.
No es pasión.
Es posesión.
Como dicen que desean las mujeres maduras.

Le arranco la ropa interior.
No me fijo si se trata de braguita, tanga, culot o color carne.
Una pena para la estadística.

Le separo las piernas.
Y descubro que su coño es un morro de cabra.



Una cabra negra.
Con sus dientes.
Con su lengua.

Tengo un importante momento de incertidumbre.
Pero recuerdo que estas cosas se hacen con el cuello.
No con la lengua.
A la mujer madura parece gustarle.
Yo estoy confundido.

Entonces pienso que, definitivamente, comer su coño es como besar a una cabra.
Y que nunca más podré mirar a la cara a una cabra de la misma forma.
Por suerte en Av.Paral·lel no hay muchas cabras.

sábado, 30 de julio de 2011

Conozco el secreto.

Hay un secreto escrito en la ciudad.
En el suelo.
Palabras escritas en las aceras.
En las carreteras.
En los callejones.
Sigo una gran frase.
Palabra por palabra.

Es algo muy importante.
No recuerdo los porqués.
Aún no entiendo el mensaje.

Pero sé que es muy importante acabar la frase.
Entender el párrafo.
Llegar a la verdad del relato.

Atravieso corriendo las palabras de la ciudad.
Los parques. Las avenidas. Los barrios marginales.
Nervioso.
Creo que hay una extraña cuenta atrás.
Un concurso de la tele.
La mecha de una dinamita.

Llego a una colina que se transforma en precipicio.
Después llega el mar.
Punto. Y final. Leo FIN en letras azules.
He memorizado todas las palabras.
¡Tengo el mensaje!
¡Conozco el secreto!

Alguien me empuja.
Siento dos manos con fuerza sobre mi espalda.

Me caigo por el precipicio.
Dirán que era una trampa.
Pero me da igual.
Porque conozco el secreto de la ciudad.

lunes, 25 de julio de 2011

La mejor fiesta del mundo.

Me hablan de una fiesta.
La mejor fiesta.
Hay que bajar unas escaleras y llegamos.

Está oscuro.
No hay música.
No parece una fiesta.
Insisten.
Sigo bajando.

Cierran la puerta a mis espaldas.
Un sonido metálico retumba por toda la habitación.
Me han encerrado.
Estoy solo.
Parece un lugar enorme.
Hace frío.
No puedo ver nada.

De repente un tren pasa por mi lado.
Lo ilumina todo durante unos segundos.
Descubro un andén, una vía, unos bancos sucios...

Otra vez oscurididad.
Silencio.
Hasta que vuelve a pasar otro tren.
Todo se vuelve a iluminar.
Y vuelve la oscuridad.
El tren se aleja.

Una.
Y otra vez.

Una estación de tren abandonada.
No hay fiesta.
Oigo unas ratas caminar por la via.
También gritan.
Al menos no la fiesta que yo imaginaba.



Alguien me ha engañado.
Otra noche de mierda...

miércoles, 20 de julio de 2011

La piscina del jardín

Voy corriendo.
Atravieso un jardín.
Césped verde muy bien cuidado.

Al final del camino hay una enorme piscina azul.
El sol la ilumina.
Me pito la camiseta mientras me acerco.
En bañador.

Parece que la piscina está llena de gente.
Se divierten.
Sonríen sin parar.
Juegan con flotadores.
Salpicando.
Ese gran día de verano que todos recordarán.

Por fin llego.
A punto de saltar en bomba.
Pero en la piscina no se divierte nadie.
Los bañistas se están ahogando.
Todos.
A la vez.
No pueden ayudarse entre ellos.
Gritan asustados.
Salpicando.

Decido no meterme en la piscina.
Pronto llegará la calma.
Creo que estamos a finales de agosto.

sábado, 2 de julio de 2011

Ballenas de otro planeta

Estoy en una playa de la Costa Daurada.
Verano.
Sol.
Mil sombrillas.
Conco mil toallas.
Diez mil bañadores.

Estoy entrando en el agua.
De repente veo algo que se acerca hacia mi.
Parecen ballenas.
Un ejército.
No. No son ballenas.
Sus cuerpos brillan.
Son transparentes y su interior es luz.
Tienen muchos ojos.
Me miran.
Se acercan hacia mi.
Rápidamente.
En ese momento descubro que son ballenas de otro planeta.

Grito.
Asustado.

Todos los bañistas se levantan.
Miramos a las ballenas de otro planeta.
Con rabia.
Con odio.
Han invadido nuestra playa de la Costa Daurada.


Despues las ballenas extraterrestres están muertas.
De repente.
No sé cómo lo hemos hecho pero están en fila.
En la costa.
Desangrándose.
Las miramos orgullosos.
Sus luces se van apagando.
Y mientras las ballenas dejan de brillar, muriéndose, empiezan a cantar una canción.
Todas a la vez.
Un coro maravilloso.
Todos sabemos que es la canción más bonita que jamás escucharemos.

martes, 14 de junio de 2011

El HECHO de pisar a Shakira

Plató.
Luces.
Cámaras.

Estamos preparando el rodaje del nuevo videoclip de Shakira.


Yo no acabo de saber qué papel desempeño en el rodaje.
Pero ando por ahí...

La están maquillando.
A Shakira.
Muy seria.
Como asqueada de su trabajo.
De todos nosotros.

Sin querer paso por su lado y le piso un pie.
Un pisotón.
Pero muy flojito.
Casi nada.
Rozándola.

Shakira se vuelve loca.
Me empieza a insultar.
Que si la he humillado.
Que si no sé quién es.
Que cómo alguien como yo en su videoclip.
Que cómo me atrevo a pisar a la gran Shakira...

Me disculpo.
Un millón de veces.
Sincero.
Pido piedad.

Pero Shakira no va a dejar pasar tal ofensa por alto.

¡¡¡Que venga ahora mismo el productor!!! Grita Shakira.
Resulta que el productor es el mismísimo Toni Carrizosa.
Llega al plató.
Cabreado es poco.
Delante de todos, una bronca horrible.
Me insulta sin parar.
No parece que nos conozcamos de toda la vida, vamos.
Estoy a punto de empezar a llorar...


Tragicomedia pura.

Toni: ¿Estas loco? ¿Cómo te atreves a pisar a Shakira?
Yo: Lo siento ha sido sin querer. Y además, ha sido un pisotón muy flojo. Apenas pisotón.
Toni: Da igual si es flojito o no. Es EL HECHO de pisar a Shakira. ¿No lo entiendes? ¡EL HECHO!

A Shakira le da igual verme llorar desconsolado.
Ella sigue furiosa.
Pidiendo mi cabeza.
En bandeja.

Al final me despiden del rodaje.
En ese momento me da igual.
No entiendo por qué antes estaba tan triste...


Después descubro a Toni llorando al lado de Kike Maillo, director del videoclip.
Kike lo consuela.

TONI: Shakira está muy enfadada, Kike. Creo que no va a querer conocer a mis amigos. Se va a ir sin tomar unas copas con nosotros en el Milano. Y a mi madre le hacía tanta ilusión...

lunes, 13 de junio de 2011

Abuelos Moribundos Parade

Camino por un paisaje infinito.
Árboles.
Al final montañas de nieve.
Hace mucho frío.
Visto pieles gruesas de lobos o bisontes.
Muy medieval todo.

No voy solo.
Me acompaña un ejército de viejos.
Personas mayores.
Abuelos.
Muchos.
Mil o más.
Caminando lentamente.
Jorobados por artrosis.
Y otras enfermedades de viejos.
Curiosa Rua de Canaval, pienso...

Yo les guio.
Hacia las montañas nevadas.
Estamos todos muy tristes.
Ellos más.

Los viejos lloran y hablan en voz baja.
No entiendo lo que dicen.
Supongo que cosas de viejos.

Estamos toda la noche caminando.
Sin hablar.
Sólo caminar y caminar.
Entre el puro frío.

Llegamos a la falda de la montaña nevada.
Por fin.
Me detengo.
Me giro.
Y mirándoles, directamente a la cara por primera vez, les digo que ahora tienen que seguir ellos solos.
No sé si siento pena.
O alegría.

Veo a los viejos caminar.
Alejándose.
Siento como que, si tuviera pitillos, fumaría.

viernes, 3 de junio de 2011

Demasiado corazón.

Sala de espera.
Hospital.
Mis padres están preocupados.
Llegan los médicos.
Nunca se habían encontrado con un caso así.
No saben cuál es mi enfermedad.

Acabo de nacer.
Estoy entubado completamente.
En una cuna de plástico.
Duermo.
Sólo en la habitación.
Las máquinas cantan.

Resulta que mi corazón es demasiado grande.
De hecho es el único órgano que hay dentro de mi cuerpo.
Ni pulmones, ni hígado, ni estómago, ni nada...
Sólo corazón.
Demasiado corazón, dicen los médicos.

Moriré en cualquier momento.
Normal.
Mis padres lloran desconsolados.

Elípsis.

Ahora soy mayor.
He crecido.
Tengo pulmones, hígado, estómago, barba, de todo un poco...
Estoy curado.
Soy un tipo normal.
Con un corazón normal.
Sano.

¡Qué decepción!

lunes, 30 de mayo de 2011

Niño cobarde bajo la mesa

Mi madre está preocupada.
A punto de llorar.
En el sofá de casa.

Mi padre le dice que ese es un barrio seguro.
Que no va a pasar nada.
Estamos a salvo.
Toda la familia.

Entonces unos tipos entran por la ventana.
Macarras de los ochenta.
Rollo Death Wish 3.
Una parodía del mal.



Se sacan cuchillos enormes.
Apuñalan a mis padres.
Apuñalan a mis hermanas.
No mueren.
Mil puñaladas.
Una y otra vez.
Gritos sin parar.
Pero nunca mueren.

Cuando mi madre empieza a llorar nunca acaba.
Mi padre se arrepiente de haber comprado ese piso.
En ese barrio tan seguro.

Yo me escondo debajo de la mesa.
No hago ruido.
No me descubren.
En realidad creo que hacen ver que no me descubren.
Sí, seguro que saben que estoy allí.
Los macarras.
Creo que sólo lo hacen para yo lo descubra.
Que soy un niño cobarde...

martes, 24 de mayo de 2011

Remakes. Secuelas. Pedir perdón.

A veces tengo sueños en los que me porto mal. Soy un cabrón con alguien, engaño a chicas o, sencillamente, soy un hijo de puta por diversión. Normalmente, en estos casos, me doy cuenta de mis malas acciones y el remordimiento, dentro del mismo sueño, hace que deje de comportarme como un cretino. 
Otras veces no.
Sencillamente soy mala gente durante toda la noche. Hasta que me despierto y pienso, bueno, ha sido un sueño. Aunque todos sabemos que eso no es una excusa. 
Por ejemplo, hace pocos días soñé algo bastante cruel:


ANTES DE DAR UNA CHARLA.
Abro la habitación de un hotel de lujo.
Llevo una maleta conmigo.
Voy bien vestido.
Creo que me han invitado a dar una charla sobre algo.
Me alojo en ese cinco estrellas.

Dentro de la habitación descubro al delgado de Hidrogenesse y una chica morena con melena larga deshaciendo su maleta sobre una cama.



La chica me sonríe, simpática.
Parece tan buena persona...

Ellos son mis compañeros de habitación. Compañeros de charla.

Después estamos en el bar del hotel.
Los tres.
La chica en medio.
El de Hidrogenesse y yo estamos compinchados.
Nos hacemos miradas cómplices.
Queremos emborrachar a la chica.

La chica está borracha perdida en el asiento de atrás del coche a punto de perder el conocimiento.
Pregunta que a dónde la llevamos.
El de Hidrogenesse de copiloto.
Yo conduzco.
Nos reímos sin hacer ruido.
Con los ojos.
Crueles.

Más tarde estamos desnudando a la chica en mitad de un espigón.
Es de noche.
La luna se refleja en el mar.
La chica nos pide por favor que no le hagamos daño.
Nosotros dos no decimos nada.
Sólo miradas crueles y risitas mudas.
Tardamos mucho en desnudarla.
A cámara lenta, frame a frame, siempre resultan más crueles las vejaciones.

Al final.
La chica desnuda.
La empujamos al agua del mar.
La vemos hundirse.

El de Hidrogenesse y yo nos vamos.
De vuelta al hotel.
Tranquilamente.
A dar los dos la charla, supongo...

FIN


Evidentemente no puedo más que despertarme con remordimientos.
He sido un desgraciado toda la noche.


Pero lo curioso de todo esto es cuando unos días después, por la noche, sueño exáctamente con el mismo planteamiento pero con un final distinto. Como si tuvieras una segunda oportunidad para resarcirte de ese primer sueño horrible en el que tiras a una chica desnuda al mar.


Me explico. 
Hoy he soñado exactamente el mismo sueño de ANTES DE DAR UNA CHARLA.
La misma crueldad al principio pero con un giro al final que me otorga el perdón.


Estamos en el espigón.
Con el de Hidrogenesse.
Desnudando a la chica...


ANTES DE DAR UNA CHARLA PIDO PERDÓN.
...
A cámara lenta, frame a frame, siempre resultan más crueles las vejaciones.


Al final.
La chica desnuda.
Me mira a los ojos.
Los tiene llorosos.
Piedad, me grita.
Piedad, sin abrir la boca. Sin hacer ruido.

Es entonces cuando lo entiendo todo.
Lo que estoy haciendo no está bien.

Miro al delgado de Hidrogenesse.
Él sigue con la misma sonrisa cruel.
A punto de empujar a la chica al mar.

Elípsis.
El delgado de Hidrogenesse se está hundiendo en el agua.
Como una momia.
Sin importarle morir ahogado.
Sabe que ha perdido.

Después camino el espigón.
Con la chica desnuda en brazos.
Se ha dormido.
A salvo.
A dar los dos la charla, supongo...

FIN

Quizás para poder ser buena persona, antes hay que ser un pedazo de mierda. Quizás necesito matar a alguien para poder salvarlo después y pedirle perdón. Creo que esto va de segundas oportunidades, de volver a intentarlo. Como cuando estamos despiertos.

viernes, 20 de mayo de 2011

Salvando bebés.

Sueño que estoy en Av. Paral·lel.
Un abuelo que camina delante mio descubre algo y lo señala con el dedo.
Grita.
Asustado.
El miedo por lo que ha visto es tan fuerte que se desmaya.
Se cae al suelo.


Rápidamente miro lo que el abuelo señalaba.
Se trata de una mujer que señala algo.
Tambíen asustada.
También grito.
También se desmaya.

Miro hacia la nueva dirección que me ha dado la mujer.

Ahora es una abuela.
Igual.
Grito. Dedo. Desmayo.

Así sigo un buen rato.
De dedo en dedo en dedo en dedo...

Finalmente descubre que unos bebés se están escapando de un hospital.
Son bebés de apenas tres meses.



Con pañales.
Pero saben correr.
Saben escapar.
Y saben esconderse bajo los coches. 

La ciudad está inundada de bebés.
En cualquier momento los pueden atropellar.
Y sólo yo puedo salvarlos.
Todos los otros siguen desmayados.

Voy salvando bebés.
Uno a uno.
Los entro al hospital.

Pero cada vez hay más bebés corriendo por Av. Parallel.
Me angustio pensando que no voy a ser capaz de recuperarlos a todos.

Toda la noche salvando bebés.

Por fin recojo al último.
Entro al hospital.
Orgulloso.
Cual héroe de bebés.

Estoy tan seguro de mi mismo que beso a la enfermera.
Es rubia.
De impecable blanco.

Me mira enfadada y me dice:
"Eso que has hecho no está bien..."

Toda mi valentía desaparece fulminada.
Sólo me atrevo a decir:
"He aparcado la bici fuera. ¿Crees que me la robarán?"

La enfermera me contesta:
"Probablemente sí. Te la robarán..."

Salgo cabizbajo del hospital.
Como si hubiera sido el peor día de mi vida.
El más vergonzoso.

jueves, 28 de abril de 2011

El plan de mis cervicales

Sueño que estoy durmiendo en mi habitación.
Me despierto.
Hay algo en mi almohada que no funciona.
Me duelen las cervicales.

Me quejo en voz alta. Como para que alguien me oiga y me ayude.
Pero no hay nadie más.

Sólo hay ratas.
Ratas blancas y enormes que corretean tranquilamente por el suelo de mi habitación.
Muchas.
Ratas.


Yo no me asusto.

Empiezo a matarlas una a una a pisotones.
Ellas tampoco se asustan; tenían claro que iban a morir, digo yo...
Ratas que son cucarachas.
O al revés.

Ahora hay ratas blancas y enormes muertas en el suelo de mi habitación.
Y resulta que todo era un gran plan secreto de mis cervicales...

Meto a todas las ratas muertas en la funda de mi almohada.
Todo mucho más mullidito.
Más cómodo.
Como sobre plumas de cisne.


Duermo.
Mis cervicales también.

martes, 26 de abril de 2011

Monólogos frente al espejo

Estoy en mi aula de Bachillerato.
Sentado en el pupitre.
Nada ha cambiado.
Ni la profesora de Física ni sus tejanos altos.
Todo igual.

Quiero que me echen de clase.
No sé el porqué pero quiero salir con urgencia.
Hago algo que mosquea a la profesora de Física.
"¡Fuera de clase, Miguel Angel!"

Después estoy en el baño del colegio.
Me estoy desnudando frente el espejo.
Un traje negro; americana y corbata.
Ensayo un monólogo despechado.
Echo cosas en cara a alguien.
Muy enfadado.
Como que no puedo más y que las cosas han pasado de la ralla.
Sobre que estoy cansado de ser la víctima de todo esta situación.


Camino por el pasillo del colegio muy decidido a hacerlo.
¿Hacer qué?
No lo sé.
Una chica rubia con el pelo corto me espera en la puerta del colegio.
No sé quién es.
Nos cogemos de la mano y nos vamos en silencio.
Complicidad.

Más tarde vuelvo a estar en el baño del colegio.
De nuevo frente el espejo.
Pero ahora me estoy vistiendo. El mismo traje.
Mi monólogo ahora es muy diferente.
Pido perdón.
Apelo a la piedad.
Intento dar pena frente al espejo
Puro arrepentiemiento por algo que he hecho.


Cómo siempre desconozco los porqués de todo.

sábado, 16 de abril de 2011

La mujer que pedalea

Tengo una cita.
De postín.
De parodia: traje, pajarita, ramo de rosas y cara de idiota.

No sé con quién.
Cita a ciegas, supongo.
Yo estoy muy ilusionado.
Parece que hace siglos que no he tenido una cita y llevo días ensayando aquellos viejos trucos.

Llego a un restaurante.
No hay mesas.
Ni camareros.

Sólo hay una chica en mitad del local pedaleando una bicicleta estática.
Como poseída.
Como queriendo batir su propio record de montaña de su Tour particular.

Y resulta que esa es mi cita.
Y a ella le da igual.
Le da igual mi traje y mi pajarita y mi ramo de rosas y mi cara de idiota.
Sólo quiere pedalear y pedalear.

Me pongo triste.

La chica es muy muy muy muy delgada.
Tan delgada que se le ven las venas y se le marcan los músculo por todo el cuerpo.
Parece una lámina de la EGB para estudiar el cuerpo humano.



Aunque me da un poco de grima sé que lo nuestro podría llegar a algún sitio.
Podríamos ser felices y obviar las venas y todo eso...

Si dejara de pedalear como una loca, claro...

Mantenemos una conversación:

"¿Estás lista?"
"Espera un momento. Cinco quilómetros y estoy."

Yo me siento en el suelo y espero.
La miro durante cinco quilómetros.

miércoles, 6 de abril de 2011

Traicionando al pulpo

Estoy dentro de un acuario.
Hay muchos pulpos.
Hablan conmigo.
Me dicen que han perdido una pata.
Están tristes.



Después estoy en la cocina de Unterlindau.
Frankfurt.
Cocino pulpo a la gallega para una horda de alemanes admirados ante mi arte entre los fogones.
Corto las patas sin ningún respeto.

Después estoy haciendo una canción.
La canción del pulpo.
Es una canción muy triste.
Algo así como de que la maté porque era mia...

FIN

Me despierto triste. Como si hubiera descubierto que el traidor de mi pelotón soy yo mismo.

lunes, 4 de abril de 2011

Chicle y cerveza

Estoy con Patri.
En la cama.
Nos estamos partiendo de risa por alguna tontería.
Nos gustan las tonterías...

Los dos estamos bebiendo cerveza.
Una de esas de botella de medio litro.
Alemana.
De trigo.



También estamos mascando chicle.
Parece que nos hemos metido muchos chicles en la boca.
Hacemos esfuerzos por mascar.

Entonces descubro el juego:
Consiste en hacer burbujas de chicle enormes llenas de cerveza.
Como si fueran globos de agua.
Pero con chicle y cerveza.
Al final las burbujas de chicle revientan y lo llenamos todo de cerveza.

Es divertidísimo.
De verdad...

sábado, 2 de abril de 2011

La noche que soy Godzilla

Todo empieza con Jonh Waters gritándome.
Que si lo que estoy haciendo no está bien...
Que si me he vuelto loco...
No es la imagen que tengo del director de Pink Flamingos; un tipo metiéndome bronca sin parar...



Yo lo veo desde el cielo.
Como desde muy arriba.
Y no sé por qué...

Hasta que descubro que soy un gigante.
Como un Godzilla en mitad de la ciudad.
Los rascacielos me llegan por las rodillas.
Tengo aspecto monstruoso. Malvado.
Muy de te vas a enterar...



El Marzoa, una vez más, está a mi lado...
También engodzillado, enorme y monstruoso.

Cuando descubro mi papel, lo tengo claro...
¡Destruir la ciudad!
Me pongo a ello.
Y lo primero que hago es callarle la boca a Jonh Waters.
Pisotón.
Muere chafado.

Marzoa me mira mal.

Después empiezo a destruir la ciudad sin piedad.
A pisotones.
Haciendo la croqueta.
Haciendo ángeles.

Soy feliz destruyendo.
Y Marzoa me sigue mirando mal.
Como que no tengo solución...

sábado, 26 de marzo de 2011

Regreso al futuro (sui generis)

Hoy he soñado con unos de los universos paralelos en los que mis padres se conocían.

De jóvenes.

Todo sucede en China.
El paisaje no parece propio del lugar, no veo ni un oriundo de la zona... pero, como me pasa habitualmente en los sueños, tengo la certeza absoluta de que están en China.

Mi madre está de vacaciones allí.
Ha ido con una amiga que se parece mucho a mi hermana Elisa pero que no puede ser mi hermana a no ser que se trate de una paradoja espacio temporal.

Mi padre está por trabajo.
O eso afirma...

La cosa es que mi madre le pregunta a mi padre que si conoce una playa de China.
Una muy mítica.
Sí, esta noche las playas de China son como paraísos caribeños...

Playa China del Sueño.

Playa China real.


Con el JI JI JI.
Y con el JA JA JA...
Acabo asistiendo a la primera noche que mis padres pasan juntos.

Alcoba...

Moralmente duro.
Pero estéticamente muy ligero: chimenea, contraluces, nada explícito...

Ahora llega el momento en el que me gustaría poner un FIN en la historia.
Pero no.

Al día siguiente mis padres son felicies.
Por la China tropical.

Hasta que, de repente, aparece VINCENT LEONE de Tarántula.

No sé qué le dice a mi madre.
No se descubren su métodos.

La cosa es que Vincent se liga a mi madre ipso-facto.
Se escapan juntos.

El sueño acaba con mi padre llorando.
Triste y solo.

FIN (ahora sí)

Y si esto fuera Regreso al Futuro (operación en China) ahora mismo empezaría desaparecer de la foto...

lunes, 21 de marzo de 2011

SUEÑO DE SERIE B

Se trata de un trailer.
Esta noche he soñado el trailer de una película. 
Una especie de peli de ciencia ficción apocalíptica.
La trama es como un poco cutre.  Pero yo la he vivido como un adolescente de los 80.
Yo soy el prota.

En tres líneas os explico un poco:

Llego a la tierra después de un viaje espacial de varios años. Descubro que nuestra civilización ha sido invadida por una especie de robots monstruos que tienen esclavizados a los humanos; los tienen en cárceles como muy arcáicas llenas de pasadizos laberínticos. Todo así como oscuro y mohoso.
Entonces decido ir a salvar a la gente que quiero. Es aquí dónde se abre un dilema: ¿a quién salvar de mis seres queridos? Está claro que no puedo llevarme a todos del planeta. Escoger se vuelve un tema muy peliagudo.
En la siguiente escena voy con Patri cogidos de la mano corriendo por un pasillo. Estamos perdidos y nos persiguen.

Y hasta aquí.
Toda la noche con Patri corriendo. Otro clásico.
Una película y un sueño de serie B.

sábado, 19 de marzo de 2011

La hermana embarazada

Sueño con la hermana de Rafa Topo.
Está embarazada.
Mucha barriga. Desmesurada. Como si estuviera de 10 meses.
O de 11...

La cosa es que parece que lleva muy mal el embarazo.
Busca ayuda por toda la habitación.
Dice que le duele.
Rafa me dice que haga algo.
Que la ayude. Que soy su única esperanza.
Yo me altero ante tanta responsabilidad.
Grito,
¿Cómo puedo ayudarla? ¡Yo no puedo hacer nada!


Pero Rafa insiste tanto que me convence.
La hermana de Rafa se estira sobre la mesa.
Me hago el valiente.
Improviso mi mejor cara ginecólogo...

Pero descubro que la hermana de Rafa tiene piernas de oso.
Oso Pardo.

Y me asusto.
Y decido dejar de jugar a los médicos.
Me voy de la habitación corriendo.

FIN

Cuando me despierto me siento culpable.

martes, 15 de marzo de 2011

José Mota en la playa de Sitges

Todo empieza en un vagón de cercanías de Renfe.
Día soleado.
Patri, Pau Topo y yo vestidos de verano.
Domingueros que van a la playa.

Estamos muy contentos.
Pau hace bromas de las suyas...

De repente descubrimos a José Mota en una esquina del vagón.


Pero tiene muy mala cara.
Parece un yonki con paranoia.
Ojeras.
Despeinado.
Mirando a su alrededor como si huyera de alguien.

Vamos a saludarlo los tres.
Grave error.
Nos esperábamos a un Mota divertido rollo fin de año y resulta que es un pesado tremendo.
Nos empieza a contar que si le están persiguiendo.
Que si alguien quiere matarle.
Que si le metieron en un lio.
Que si le pueden raptar en en cualquier momento...

¡Una pesadilla tremenda el Mota este!

Por si fuera poco se nos acopla. El humorista ha decidido que va a pasar el día con nosotros.

Después estamos en la playa de Sitges.


Tomamos el sol.
Día estupendo.
Si no fuera por el Mota que sigue dando la brasa con sus problemas.

Patri y yo nos vamos al agua.
(Pau ya no está, por cierto)
Nos bañamos y vemos que hay mucha sal acumulada en la costa.
Pero lo de la sal da igual.
Lo importante es que Patri y yo nos reimos del señor Mota sin parar...

Cuando volvemos a las toallas José Mota ha desaparecido.
¿Lo han raptado?
Nos da igual.
Nos estiramos en las toallas a pillar bronce...

sábado, 12 de marzo de 2011

¡Ha matado a alguien!

El sueño de hoy empieza con felicidad.
La felicidad que siente un niño pequeño cuando le regalan una caja de petardos.
Tengo unos 12 años y alguien me regala silbatos de clase AI.













Subo a casa de mis padres lleno de alegría.
Busco un cómplice para el ritual de la pólvora.

Abre mi hermana Elisa.
Está alterada. Nerviosa. Rollo ataque al corazón.
Le pregunto qué pasa.
Ella no para de gritar: "¡Lo he matado! ¡Lo he matado!"

En ese momento tengo la sensación que los petardos han explotado en mi mano.
Pero, con los gritos de mi hermana, los petardos han pasado a un segundo plano.

No puedo saber a quién ha matado.
Sólo sé que hay que huir de allí.
Somos como fugitivos.

Bajamos las escaleras corriendo.
En ese momento ya no soy un niño pequeño.
Como que he crecido por la emoción.

Salimos a la calle.
Hay un coche en marcha.
Esperándonos para huir.
Lo conduce mi amigo Alberto T, cómplice del asesinato y de la huida.

Alberto conduce con prisas y se mete en un parquing.
Todo muy peliculero.
El párquing está en obras y es muy complicado conducir por allí.
De hecho el párquing se ha transformado un laberinto. Intentar salir de allí se transforma en algo aburrido. Estamos tanto rato intentado escapar que se nos quita la emoción.

Se nos olvida el asesinato.
Se nos olvida la huida.

Entre todos decidimos pasar del tema.
Alberto deja el coche en mitad del párquing, mal aparcado...

Nos vamos a un bar a tomar cervezas.
Parece un bar madrileño. Con cañas madrileñas.










Todo acaba entre brindis y alegría.

jueves, 10 de marzo de 2011

Ser infiel en sueños

Sé que estoy haciendo algo malo.
Sé que no voy a poder vivir con esos remordimientos.
Sé que no habrá forma de seguir adelante si hago lo que voy a hacer a continuación...

Me he escapado con una chica que no es mi novia.
Es una desconocida.

Ella quiere que follemos.
Allí mismo. Detrás de un local gigante y ruidoso.
En mitad del campo.

Me desnuda mientras me besa.
Yo le digo que lo que estamos haciendo está mal.
Dice que lo sabe pero que le da igual.

Sólo las fuerzas de la naturaleza pueden parar eso:

1. Las zarzas pueden con esa pasíon de folletín;  nos pinchan los pies cual corona de espinas. Duele.
2. La lluvia arrastra la ropa del suelo y la seguimos. Habrá que volver vestidos.
3. Sale el sol de repente y no hay oscuridad para delinquir.

No tenemos otro remedio que detenernos.
No follamos.

FIN

Me despierto muy extraño. Cómo si hubiera sido infiel. ¡Pero sólo ha sido un sueño! 
¿Es eso infidelidad? Es esto a lo que se refería Camela con eso de: "sueño contigo ¿qué me has dado?"

jueves, 3 de marzo de 2011

Dónde estará Jesús Gómez...

La cosa es que llamo a una puerta.
Abre una compañera de trabajo de mi madre.
En picardías. Un picardías sucio y gastado.
Creo que se llamaba Olga.
La Dra. Olga. Si, eso...

Total.
Entro en su casa.
Y su casa es un baño de discoteca.
Baño guarro.
Malrollero.
Trasnochado.
De apestoso after ilegal.

Hay alguien en el baño y llamo impaciente para entrar.
Sale un tipo con aspecto de yonqui.
En lugar de asustarme me rio de él.

En su cara.
Soy subnormal.

Y el yonqui se cabrea conmigo.
Normal.
Y saca una pistola antigua, como las de los nazis, y me la pone en la cabeza.















Dice que me va a disparar.
Yo me cago de miedo.
Ya no me rio de nadie.
Sólo pido disculpas y piedad...

Pero el yonqui no atiende a razones.
Todo indica a que va a disparar.
Parafraseando a mi amigo Ramos: "¡la he cagado!"

Pero de repente aparece Jesús Gómez por una puerta.
Jesús grita que me deje en paz.
El yonqui obedece rápidamente.
Parece que Jesús Gómez es el puto amo.

FIN.

Pero...
¿Quién es Jesús Gómez?
Pues un tipo que estudió conmigo en la E.G.B. y que hace como 15 años que no veo.
No visualizo muy bien su cara. Sólo recuerdo su nombre.
¿Qué habrá sido de Jesús Gómez.
Dónde estará Jesús Gómez.

lunes, 28 de febrero de 2011

Soy Mr.Natural

Muy sencillo.
Si conocéis el personaje de cómic Mr.Natural de Robert Crumb.
Pues lo mismo.
Sólo que en el sueño resulta que yo mismo soy Mr.Natural.



















Vivo una situación típica de muchas de sus historias.
Me viene un montón de gente haciéndome preguntas estúpidas.
Yo no sé qué responder y me hago el listillo para no tener que contestar nada.
Digo cosas como: "lo que me preguntas es algo tan obvio que no merece la pena gastar saliva en ello..."
Muy pedante.
Soy una super farsa.

Estoy toda la noche así.
Dando largas.
Pregunta tras pregunta.

Al final recuerdo que viene una chica.
Morena y con el pelo largo.
No la conozco.
No sé quién es.
Me hace una pregunta como muy importante.
Tampoco la recuerdo.

Sólo recuerdo que acabamos practicando sexo.
¡Viva Mr.Natural!

jueves, 24 de febrero de 2011

Petardo de Latin King

Estoy con el Padilla, el que toca en Manel.
Estamos tirando petardos en un plaza.
Debe ser San Juan.
Nos lo estamos pasamos en grande.


Pero llegan unos Latin Kings a la plaza y sacan sus petardos.





















Muchos y muy potentes.
De los gordotes.

Se rien de nosotros.

Encienden un petardo y me lo tiran a la cara.
Se me queda colgado de la oreja.
No sé como.
Pero no hay forma de quitármelo.

Oigo quemar la mecha.
También la huelo.

Malditos Latin Kings.
Se parten de risa mientras yo corro asustado intentando quitarme el petardazo de la oreja.

En cualquier momento va a explotar.
Y va a rebentar mi cabeza.
Ese momento parece no llegar nunca.
Pero sé que cuando llegue va a rebentar mi cabeza...

lunes, 21 de febrero de 2011

¿Quién hay en la tienda de campaña?

Sueño que estoy durmiendo y me despierto de golpe.
Asustado.
Desnudo.
Estoy en una cama que no es mia.
Y en una casa que desconozco.

En la habitación hay una la ventana abierta.
Me asomo.
Es de noche. Oscuridad.
Parece que la casa está en mitad del bosque.
Entre la maleza hay una tienda de campaña.
















La tienda es azul.
Hay luz en su interior.
Y la silueta de una chica.

Me doy cuenta que en la mesita de noche hay un papel escrito.
Una nota.
La nota dice esto:
"Ven a la tienda y hazme el amor..."

No reconozco la letra.
¿De quién se trata?
¿Quién hay dentro de la tienda de campaña azul?

Tengo la sensación de que es una trampa mortal.
Sé que si entro la cosa acabará mal.
Pero también sé que voy a acabar entrando...

viernes, 18 de febrero de 2011

Muñecos asesinos

Estoy en un enorme laboratorio científico.
Tonos azulados.
Órden.
Aséptico.
Misterio.
Futuro.

Descubro al sr.Kikemaillo dándole indicaciones a Lesley, gran directora de arte, para que construya unos muñecos de un tiburón y un tigre.













Un rato después los muñecos ya están construidos.
Tienen un aspecto peligroso; en cualquier momento pueden atacar.
Si no fueran muñecos...

De repente aparece un terrorista caminando de puntillas, disimulando, para no llamar la atención.
Se trata de un personaje recurrente en mis sueños: la caricatura del terrorista islámico...










Resulta que el terrorista en cuestión se saca un cuentagotas del bolsillo.
Es un veneno.
O una pócima mágica maligna.
Echa unas gotitas sobre los muñecos sin que Lesley ni Kike se den cuenta.

El tiburón y el tigre cobran vida.
Fieros.
Asesinos.
Como con ADN de Hitler.

Empieza una persecución a muerte por las plantas de laboratorio.
Terror.
Gritos.

El tiburón acaba con Lesley.
Kike sucumbe ante el tigre.

jueves, 17 de febrero de 2011

De Run DMC a Cristina Aguilera

Estoy en una cancha de baloncesto estilo bajos fondos.
Todo yanki hasta decir basta.

El rapero Joseph "DJ Run" Simmons de Run D.M.C. que está enseñando a jugar a basquet.





















Parece harto de tener un alumno tan poco brillante.
Soy muy malo.
Siempre fui de fútbol.

No deja de quejarse.
Cada vez que fallo un tiro me grita cabreado.


De repente alguien nos saluda desde la calle.
Me giro.
Se trata de Cristina Aguilera.
Va maquillada como una mona.
Muy exagerada. Mucho.























Me sonríe y me dice que es muy fan de mi obra.
Parece que le encanta la música que hago. El grupo y eso...

Yo me pongo muy contento.
Dejo la pelota.
Voy corriendo hacia Cristina.

¡Que le den morcilla al rapero!

lunes, 14 de febrero de 2011

Peligro en la sauna

Estoy con Patri.
Cogidos de la mano.
Vamos a entrar en una sauna de aguas termales.
Unos masajes.
Para relajarnos.
Rollo japonés...





















Cuando entramos descubrimos que hay un montón de parejas.
Desnudas en el agua.

Patri y yo descubrimos que alguien nos ha tendido una trampa.
No se trata de una velada íntima de relajación.
Alguien nos ha apuntado a una fiesta de intercambio de parejas.

A partir de este descubrimiento no recuerdo que en el agua haya chicas.
Aunque sean feas, viejas y salidas...
No hay chicas.
Es como una noche de sábado en el Magic: un tremendo campo de nabos.

Y resulta todos los tíos van muy salidos.
Quieren hacérselos conmigo a lo loco.
Me asusto.
Quiero largarme de allí.
Pero no sé por qué razón no puedo.

Cuando la cosa no podía ser más horrible descubro a dos de los personajes públicos que nunca debí ver desnudos en mis sueños.
Van muy salidos.
Tan salidos como los personajes de A Serbian Film o la tremenda Shivers.

¿De quién hablo?

De Custo Dalmau.














Y de Ferrán Adrià.
















Custo y Ferrán me inmovilizan.
Estoy perdido.
Grito pidiendo ayuda.
Pero miro a mi alrededor y ya no hay nadie.
Patri ha desaparecido.

Va a ser una carnicería.

Efectivamente se trata, una noche más, de una horrible pesadilla...

miércoles, 9 de febrero de 2011

El Dr.Moreau de la moda

Puede que el sueño de hoy parta de esta sudadera que ayer me regaló mi gran amigo Medina.
No sé.
Puede que no...


















Me he pasado toda la noche buscando perros.
A escondidas.
En las esquinas de los parques.
Los llamo como se llama la atención a los perros:
silbido tímido y estúpida coreografía con los dedos de la mano.

Todos los perros vienen a mi.
Como el flautista.
El de los perros.

Vuelvo a casa con muchos perros.
Parezco una caricatura.
La parodia del paseaperros.
















Los subo todos a mi casa.
Al comedor.

Entonces es cuando empiezo a vestir a todos los perros que he raptado.
Con ropas humanas.
Un caniche con jersey de lana.
Un pastor alemán con tejanos.
Un dálmata con sombrero.

Están muy elegantes.
Como si esas prendas hubieran sido creadas para animales.
No para humanos.




















Pues eso…
Que me siento como el Dr.Moreau de la moda…

lunes, 7 de febrero de 2011

Siguiendo al de Watchmen

Es increíble la sofisticada planificación con el que he visualizado este sueño. Recuerdo el plano secuencia a la perfección…


Estoy siguiendo al tipo de gabardina y cara de mancha de Watchmen.
Creo que se llama Rorschach o algo así…




















Caminamos por un pasillo de escuela.
Escuela americana.

Supongo que esto es influencia de irme a dormir tras visionar un episodio de Freaks and Geeks que se desarrolla en ese contexto de high school yanqui.

Sigamos...
El gabardinas no sospecha que le sigo de cerca.
O eso pienso yo…

Pasamos por una clase de música.
Veo a los alumnos tocando a través de la ventana.
El tipo de watchmen entra en una clase.
Yo también entro.

Estamos en una guardería.
Niños en el suelo jugando con trastos.
Él en mitad de ellos. Me mira fijamente.
Es en ese momento cuando descubro que he caído en su trampa.
No sé de qué va la trampa.
Pero estoy dentro.

Creo que los niños están en peligro…

sábado, 5 de febrero de 2011

Telesilla infinito

Hoy he soñado que estaba en la nieve.
Esquiando.
Con toda la parafernalia que rodea ese tipo de ocio.
De hecho voy como muy preparado. Como si fuera un profesional de todo eso.
Hubiera estado bien ver cómo esquiaba de bien en sueños.
Pero no recuerdo nada de eso.
No he practicado deporte en toda la noche, vamos...

Empieza con que cojo el telesilla para volver a lo alto de la pista.
Cuando llego al final del trayecto me da miedo saltar del telesilla y vuelvo para abajo.
Segundo intento; vuelvo subir. Me preparo mentalmente para saltar cuando llegue arriba del todo.
Pero nada.
Me da miedo.
Recuerdo estar dando la vuelta una y otra vez y no atreverme a saltar nunca.
Durante toda la noche.

Además de este nuevo sueño bucle, recuerdo, intercaladas, imágenes de la siguiente situación:


Unas chicas jóvenes con la cara quemada de tanto tomar el sol llaman a la puerta de un hotel.
De verdad que tienen la cara muy quemada. Menos una ligera franja en los ojos.
Todo muy Donatella Versace style.




















Me miran con una sonrisa pícara.
Llaman con los nudillos en la puerta de la habitación.
Y me sonríen.
Así todo el rato...
Una de las chicas es una adolescente pija que conocí en Sao Paulo.