miércoles, 14 de septiembre de 2011

Lo importante es volver a casa.

Lo de hoy no es un sueño.
Es una explicación para poder entender ciertas conductas que tengo cuando sueño. 
Una metodología que me ayuda a despertar de ciertas pesadillas. 
Lo voy a contar en tres actos porque los que me conocen saben que me chiflan los tres actos:

I.
Desde hace unos meses llevo un reloj dorado. De agujas. No es de oro. Es dorado. No tiene ningún valor. Es un Casio cutrón pero que para mi tiene un gran valor porque me lo regaló mi amiga Liana. El reloj está roto. Está parado a las 9 en punto. Tal y como me lo regaló Liana en su día. Por cierto, creo que el reloj fue el atrezzo de alguna película en la que ella participó como script. No sé bien la historia. Se la tengo que preguntar a Liana, que me la cuente bien. Pero, bueno, en realidad eso da igual.



II.
Todo el mundo que ve el reloj me hace las mismas preguntas: ¿Por qué llevas ese reloj de oro? ¿Eres un mafiosillo? ¿Lo llevas a modo de pulsera? ¿Eres un modernillo? Pero si además está roto...
A algunos les digo que sí, que soy un modernillo o un mafiosillo...
A otros les cuento la verdad:
La verdad del porqué de un reloj dorado que no funciona en mi muñeca, se basa en la idea de crear UNA CONSTANTE en mi vida cotidiana a la que pueda recurrir para despertar cuando tengo pesadillas. No es nada nuevo, ni original; muchos de vosotros conocéis este concepto de la serie Lost o de la peonza de la película Orígen. Pero mi metodología para con mi constante es un poco diferente.
Muchas veces tengo pesadillas, esto ya lo sabéis.
Pero son pesadillas tan reales que no soy capaz de despertar, pues pienso que son pura realidad.
¿Cómo descubrir que lo que estoy soñando no es real?
¿Cómo despertar a la realidad?
¿Cómo decirme a mi mismo: "oye, M.A. que no hay cámaras en la habitación, deja de buscarlas, estás soñando, esto no es real, en la realidad no hay cámaras escondidas en tu habitación"?

¡Exacto!
¡La clave está en el reloj dorado parado en las 9!

Resumiendo:
He creado un elemento cotidiano inquebrantable (puesto que nunca cambia de hora) pero a la vez surrealista en la realidad (creedme que nunca llevaría nada dorado en mi vida cotidiana). Cuando sueño o estoy fuera de mi mismo (a veces funciona para volver de una borrachera, un ataque de ansiedad o de un viaje de tripis), miro el reloj y me repito:

"M.A. son las nueve. Llevas este absurdo reloj de ojo..." 
"¿No te das cuenta? ¡Estás soñando! ¡Vuelve a casa!"

A continuación respiro y vuelvo a casa.

III.
Los más listillos que leais esto, me preguntaréis:
Claro, claro... ¿Pero qué pasa si sueñas con que tienes un reloj de oro que marca las 9? Es decir, ¿qué pasa si ese elemento del mundo real, de tan viciado, pasa al mundo onírico?
¡Correcto!
¡Esa es una gran posibilidad!
Pero es tan sencillo como buscar otro elemento como constante. Algo que sea ajeno cuando estás despierto pero que te ayude a volver cuando estás durmiendo. Probablemente este reloj no sirva en unos meses, no será difícil deshacerme de él, la verdad... Entonces lo cambiaré por un collar de macarrones, una pinza en la cabeza de Hello Kity, o tal vez lleve las uñas pintadas con absurdos colores ordenados con estrategia...
Cualquier cosa que sirva para volver.
Ya sabéis, lo importante es volver a casa...

1 comentario:

  1. como en origen!!
    qué wapo... buena estrategia o morir de pánico.
    grande Miki!!

    ResponderEliminar